«Después de la tempestad, llega la calma», o como bien decía mi abuela -mujer sabía- «todo llega y todo pasa». El puerperio es duro. Y si se le suman situaciones personales complejas, ya ni te cuento. Pero…todo pasa. Y una, sale reforzada. La fuerza de la maternidad, le dicen algunos. Yo creo que es la fuerza que te dá el saber que tu «miniyo» depende de ti.
Y si a eso le sumamos el hecho de que si buscas la palabra «resiliencia» en la RAE sale mi cara … Hay que levantarse cada vez que sale el sol, y ponerse a caminar.
Esa sonrisa llena de vida, junto a unos ojos taaaan brillantes han hecho -y hacen- que despertarme junto a la persona que más quiero en el mundo, sea el momento que más disfruto.
Remolonear un rato antes de que se ponga a mamar, y nos quedemos en silencio, disfrutando de ese instante único, es otro.
Hoy -en el día de Acción de Gracias- yo tengo muuucho
por lo que dar gracias a la vida.
Tú M, eres lo primero.